~De ♦ Neru's Productions ♦ para El Verano del Escritor 2013 ~
Do~umū no nazo
Era una mañana de invierno. Los copos de nieve iban cayendo lenta y perezosa mente hasta alcanzar la gruesa capa de helada que cubría el suelo. Como era de esperar, ese día no había nadie en la plaza, salvo seis Pokémon que acudían a jugar allí todos los días, los demás permanecían en sus casas resguardándose de la gran tormenta de nieve que cayera todos estos días.
Hermana... tengo frío, vayámonos a casa -dijo temblando.
¡De eso nada!, no hubieses venido.
Bueno Senshi, dinos que era eso que querías que hiciesemos hoy.
Simple. He oído que en el bosque a las afueras de la ciudad han encontrado una casa que por lo visto parece estar encantada.
Senshi, eso es imposible, las casas embrujadas no existen, son solo simples casas abandonadas y deterioradas por los años.
Pues yo quiero tengo curiosidad, me gustaría ir.
¡Sí! ¡Pinta guay! Yo también me apunto.
Mira que sois críos. Pero está bien, haced lo que queráis. Yo me quedaré aquí con Fukki a reírme de vosotros.
Ajá, ¿Y quién te da derecho a decidir por mí?
¿Es qué vas a ir? -dijo sorprendido.
Pues claro, siempre es interesante ir a una casa así.
Bueno, mira que sois ingenuos.
Cállate ya, es nuestra decisión. -Mirando a los demás- Ahora vamonos.
Esperad, creo que es mejor ir por la noche. Ya que si la casa está embrujada sería más interesante ¿no?.
Vale, entonces quedamos a las nueve. Hasta entonces.
Pronto el Sol comenzó a esconderse, dejando paso a la Luna y a las Estrellas, las cuales se podían distinguir perfectamente debido a que la tormenta ya había cesado.
En la casa de la Jigglypuff y la Espoink podía notarse la tensión.
Haru, tengo miedo. No quiero ir a esa casa.
Pues no vallas, quédate en casa.
Por favor, quédate conmigo. Tengo un mal presentimiento... sé que algo saldrá mal...
Haru miró atentamente a su hermana. Estaba pálida, y su rostro reflejaba temor y a la vez espanto. Por su expresión parecía que no le estaba engañando pese a que muchas veces lo había echo para librarse de situaciones que le aterraban.
Mira Yakazi... sé que estás asustada, pero voy a ir, porque se lo prometí a mis amigos. Tu quédate en casa, no tardaré en volver.
En cuestión de segundos el reloj de cuco que tenían en el salón comenzó a dar las neve de la noche, lo que significaba que era hora de ir a aquella casa encantada.
Bueno, me voy. Adiós Yakazi, se una niña buena y pórtate bien.
No le dió tiempo de terminar la frase, pues Haru había pegado un fuerte portazo y echado a correr hacia la plaza, en la cual la esperaban sus amigos.
Cuando llegó ya estaban todos esperándole.
¿Pero no era que tú no ibas a venir? :U
Es que no tenía nada mejor que hacer. >:U
Bueno, dejaos de tonterías y vallamos. ¿Por dónde es el camino Senshi?
Los chicos siguieron a Senshi hasta llegar a un camino en el cuál tenían que abrirse paso por una maleza mojada y resbalosa que cubría gran parte del suelo.
El camino resultó dar a un espeso bosque en el cual no debía de penetrar mucho la luz, aunque claro, era de noche por lo que estaba doblemente oscuro.
Nadie dijo ni una sola palabra mientras nos íbamos adentrando más y más en aquel sombrío bosque, hasta que por fin llegaron a la casa encantada, la cuál resultó ser una enorme mansión.
Senshi, ¿No decías que era una casa?
Bueno, al menos eso era lo que dijo mi abuela.
¿Y te dijo algo más de la mansión?
Lo único que me dijo era que nunca la pisase, por lo que supongo que está encantada :U
¿Y eso cómo puedes saberlo? ._.
Mirad la casa, parece desierta, ¿Qué otro peligro puede haber?
Todos se quedaron observando la mansión un buen rato. Era cierto, parecía abandonada, pues las plantas trepaban por las columnas de la terraza, la mayoría de sus cristales estaban echos añicos y sus cimientos amenazaban con venirse abajo en cualquier momento.
Mirad lo vieja que está... ¿Y si entramos y se nos derrumba encima?
¿Es que estáis pensando en echaros atrás?
Todos juntos se acercaron a la puerta, y tras forzarla un poco consiguieron entrar. Lo primero que vieron fue un extenso pasillo lleno de cuadros rotos en el cual al fondo se podían distinguir unas grandes escaleras de caracol que llevaban a la planta de arriba.
Será mejor que primero hurguemos un poco por las habitaciones de abajo y luego subamos al piso de arriba.
Y así hicieron. Miraron todos los cuartos que en esa planta había, pero no encontraron más que polvo y objetos rotos desperdiciados por el suelo. Como no encontraron nada decidieron subir las escaleras hasta llegar al segundo piso, que estaba lleno de aposentos.
Todos ellos estaban como las habitaciones de abajo... todos menos uno. La habitación número trece no era como el resto, pues estaba intacta, como si nunca hubiese pasado el tiempo en ella.
Han debido de pasar un montón de años desde que esta casa tubo un dueño, pero... la habitación sigue intacta... ¿Cómo puede ser?
Todos estaban sorprendidos, pues era algo totalmente anormal, parecía como sacado de un sueño. No obstante era muy real.
Oye... ¿Qué es eso de aquella mesa? Parece una carta...
Y efectivamente, en la mesa se podía ver un sobre rojo el cual escondía en su interior un papel del mismo color del sobre. Senshi lo tomó y comenzó a leer.
Tu curiosidad por esta vieja mansión y todos sus rumores de la bella mujer muerta te han atraído aquí. Pues has de saber que todos son reales... hasta cierto punto.
Es cierto que una vez la dueña de esta misma casa, la cual era poseía numerosas riquezas y poderes, murió acuchillada y traicionada por sus fieles sirvientes, los cuales estaban deseosos de recibir la herencia de su fiel ama, pues ella no tenía a nadie más a quién dársela, todos sus familiares había muerto por diversas razones.
Ahora bien, no es cierto que al visitar su mansión se te aparece para que la lleves fuera, vuelvas y te de riquezas... no. Mientras tú lees esto ella viene con su oxidada guadaña de plata..., te parte en dos... y nadie vuelve a recordar quién eres...
¿Y sabes por qué yo lo sé fiel mortal?... Porque yo soy esa chica... Gírate, por que yo seré lo último que veas.´´
Todos se giraron alarmados, y efectivamente allí estaba. La chica resultó ser una Lilligant, que efectivamente en sus manos sujetaba una guadaña oxidada de plata.
No les dio tiempo ni de ahogar un grito. De un coletazo de guadaña la Lilligant les mató a todos, haciendo que se separasen varias partes de sus cuerpos y llenando la habitación de sangre, la cual rezumaba por debajo de la puerta, aunque en cuestión de segundos la Lilligant desapareció junto con los cuerpos y la habitación volvió a estar como si nunca hubiese pasado nada.
Y bueno, esa era la maldición de esa horrible mansión. En cuanto a la moraleja... podría ser que ``la curiosidad mató al gato´´
En fin, esto se termina aquí.
~Gracias por haber leído este one-shot~
~FIN~